Localidad de Sumapaz

El Distrito indicó que los últimos cuatro años, por el arriendo de la sede en el área urbana de Bogotá, se pagaron 896 millones de pesos.

Durante el evento en el que el Distrito puso en marcha los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), la alcaldesa se refirió a la ola de violencia en el país y ratificó su compromiso con la paz. Bogotá cuenta con dos planes, uno urbano y otro rural.

Tunjuelito, Rafael Uribe, San Cristóbal, Ciudad Bolívar, Santa Fe, Usme, Los Mártires y Chapinero comienzan el primer turno de cuarentena estricta este 13 de julio.

Al igual que Sumapaz, estas localidades quedaron por fuera del cronograma de cuarentena estricta decretada por la Alcaldía de Bogotá. Aquí el estado de cada una frente al coronavirus.

Con la iniciativa se han beneficiado habitantes de Sumapaz y Pasquilla, que comparten la magia de leer para otros.

El distrito le apuesta a un proyecto que busca optimizar la calidad educativa en la ruralidad. El objetivo es mejorar los niveles de deserción y la pertinencia de los aprendizajes que reciben los jóvenes bogotanos en el campo.

En la misma semana en que se reunieron los líderes del mundo en la Conferencia de las Partes COP24 en Katowice, Polonia, ocurrieron otros hechos en Colombia que pasan desapercibidos en la prensa internacional: la masacre de seis personas en Mapiripán, en el Meta, amenazas de Águilas Negras a indígenas en las montañas del Cauca y en otros rincones rurales del bajo Cauca antioqueño, gentes acechadas por delincuentes y narcos deforestadores, ignorantes de la crisis climática.

Con la adición de Sumapaz y de Guantiva - La Rusia son 23 los páramos protegidos. Los límites ponen a salvo estas fuentes hídricas. SEMANA estuvo allí y vio cómo se relaciona esta noticia con el posconflicto.

Los distintos actores reconocen haber cometido errores en el manejo ambiental del páramo: los soldados del Ejército estando en la ofensiva, talaron indiscriminadamente frailejones para construir campamentos, arrojaron basura dejando pilas, empaques plásticos y restos de comida en suelos y humedales.

Luego de una guerra que cobró las vidas de 270 soldados, los militares están desmontando sus bases para sembrar estas plantas, en un territorio donde nace el agua de 15 millones de habitantes.